El ozono, de fórmula O3, es una de las formas alotrópicas del oxígeno. Se trata de un gas inestable, de olor penetrante, que se descompone, por encima de su temperatura crítica, en oxígeno molecular.
Es uno de los oxidantes más fuertes que se conoce y un gas muy tóxico, incluso en bajas concentraciones.
Comercialmente el ozono se obtiene sometiendo el oxígeno a fuertes descargas eléctricas, en presencia de ozonizadores (productos con función catalítica). Se utiliza como bactericida y fungicida, en procesos de depuración y en la creación de atmósferas conservantes (por ejemplo, para conservar huevos).
El ozono se encuentra disperso por toda la atmósfera, con una zona de máxima concentración en la estratosfera, a unos 25 km de altura sobre la superficie terrestre; dicha zona se denomina ozonosfera.
A pesar de su fama, el ozono es un componente extraordinariamente minoritario de la atmósfera: sólo representa una parte por millón de los gases atmosféricos.
El ozono de la estratosfera nace de forma continua por la acción de los rayos ultravioleta, de gran energía, sobre el oxígeno molecular del aire.
En la estratosfera se produce, pues, una continua formación y destrucción natural del ozono.
En este proceso se consume la mayor parte de los rayos ultravioleta que contiene la radiación solar, aproximadamente el 3% de ésta.
A causa de su gran energía, los rayos ultravioleta pueden romper moléculas biológicas tan importantes como el ADN.
El ozono de la estratosfera se produce en forma continua por una acción de los rayos ultravioletas, de gran energía, sobre el oxígeno molecular del aire. En la estratosfera se produce, pues, una continua formación y destrucción natural del ozono.
Asimismo, una prolongada exposición a estos rayos aumenta la frecuencia del cáncer de piel.
El ozono también se origina en la troposfera cuando las emisiones de combustibles no quemados, de gases, de pinturas, etc., reaccionan bajo la luz solar, con productos de la combustión, como los óxidos de nitrógeno.
Todos estos compuestos abundan en las zonas industriales y urbanas. El ozono es un componente importante del conocido smog. Desde hace un par de décadas la ozonosfera ha sido objeto de importantes investigaciones.
Un hecho bien comprobado es que en la atmósfera situada sobre la Antártida la concentración de ozono ha disminuido aproximadamente un 40%, dando lugar a lo que se conoce como “agujero de ozono” de la Antártida; este fenómeno también se está produciendo en el polo Norte sin que su significado y sus causas se sepan con precisión.
De una manera más general se cree que el ciclo natural de formación y destrucción del ozono atmosférico está siendo afectado por la acción humana, a causa de la emisión a la atmósfera de diferentes productos (óxidos de nitrógeno y clorofluormetanos (CFM)).
Por acción de los rayos ultravioletas el cloro reacciona con el ozono y le quita un átomo de oxígeno para formar ClO y oxígeno molecular. En estas reacciones el cloro y el óxido de nitrógeno actúan catalíticamente, es decir, que ni se consumen, ni tampoco se destruyen.
En el caso concreto del cloro se cree que su vida media en la atmósfera puede llegar a los 75-100 años.
De una manera más general se cree que el ciclo natural de formación y destrucción del, ozono atmosférico está siendo afectado por la acción humana, a causa de la emisión a la atmósfera de diferentes productos.